jueves, 16 de octubre de 2014

Violets irrumpen en el panorama de guitarras con un disco de potentes canciones reivindicativas

Portada 
Aunque podríamos pensar que en el rock and roll la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres se cumple más que en otros sectores de nuestra sociedad mucho más conservadores, no es descartable que con cada nuevo grupo de chicas que se sube a un escenario, se enerve una determinada clase de machos rockeros, de esos que llevan años encerrados en sus garitos dale que te pego con la guitarra sin llegar a ser conocidos, a los que su mera existencia ya les produce una envidia incontrolada. Convencidos de que ellas lo tienen más fácil porque son mujeres, les ciega la rabia y, al final, resultan ciertamente patéticos. Sin embargo esa lamentable posibilidad no nos da derecho alguno a erigirnos en los defensores de las chicas porque, sencillamente, ellas no lo necesitan ni tampoco nosotros tenemos nada más que aportar que el mero sentido común sin condescendencias que valgan. Así que nos parece mucho más oportuno y constructivo apoyar a las bandas por su aportación creativa, independientemente del sexo de sus artífices, y eso es lo que vamos a hacer con este trío llamado Violets, formado por dos chicas y un chico, que acaban de editar un Lp con la discográfica H-Records. Un magnífico álbum en el que las guitarras y la batería, con ese par de magníficas voces, son el medio sonoro perfecto para expresar la rabia, el inconformismo y la lucha sin excusas que valgan, mediante fantásticas canciones sin desperdicio alguno.   

Trayectoria

Violets. Fotos de su Facebook. 
Violets se formó en Barcelona a finales del año 2011 por tres amigos: las cantantes Mon al bajo y Glory a la guitarra; más el baterista Vic. Proceden de otras bandas como Sexy Melons, Phatetics y Blowfuse en la que Vic sigue en activo tocando el bajo. El disco que te presentamos se grabó, mezcló y masterizó por Oscar David en Axstudio en junio de 2013. Salió en formato Cd, con licencia Creative Commons, y H-Records se ha encargado de editarlo en vinilo azul, violeta o rojo, con cien copias por cada color.  Tanto en el Cd como en el Lp, se incluyen las letras de las 11 canciones originales de la banda.  En la portada vemos un detalle de las piernas caminando calzadas con deportivas. En una podemos leer el nombre de la banda tatuado sobre la parte superior del tendón de aquiles. En la contraportada aparece una foto del trío posando con camiseta de Bad Religion, piercing en la nariz y pelos de colores bajo una pelota que les sobrevuela y destacando sobre un fondo natural de helechos y otros arbustos. Dos instantáneas muy juveniles, a cargo de Olimpia, que ilustran un disco intenso en el que, tema a tema, la rebeldía contra esa sociedad previsible adquiere un valor temático fundamental.       

Las canciones

Violets. Fotos de su Facebook. 
El disco se abre con el tema “Good Vibes”, una canción de superación. Llegado el momento de crecer, hay que seguir adelante, sin rendirse, e irse lejos si es preciso a la búsqueda de esas buenas vibraciones. Un tema potente en la que se muestran las grandes virtudes de este trío a base de excelentes modulaciones melódicas sustentadas sobre una base de distorsión y una batería que perfila los tempos con contundencia. “Hang-Over” es otra magnífica canción donde queda demostrado que los estribillos cautivadores son esenciales para el buen punk rock y resultan ideales incluso para contarnos esa lucha sin cuartel contra la maldita resaca. “Stone” rueda como una piedra cayendo por una pendiente de libertad, con riffs salvajes de guitarras y un par de voces que se complementan con un entusiasmo devastador. Le sigue “Tree-House”, con entrada arrebatadora de guitarras golpeando los estómagos y los corazones de los oyentes. Nos cuentan una de esas historias de jóvenes al margen de lo cotidiano llenando sus vidas de esa música que nace en los garajes, cómo debe ser. Con “Not alright” se explayan con reflexiones existenciales magníficas del tipo “envolvemos nuestras propias excusas como si fueran un presente de navidad”. Sin duda, un profuso  recorrido guitarrero con fundamentales cantantes, que precede a la dura “Halfway hug” donde nos cautivan con  versos cargados de emotiva amistad, de silencios innecesarios y de abrazos imprescindibles. De nuevo, dos grandes voces arropadas por guitarra y bajo al paso salvaje de esa batería que marca el camino que nos lleva a los últimos surcos de la cara A.         

Violets. Fotos de su Facebook. 
Abre la cara B, la sensacional “Neverending days”, que arranca con batería y bajo persistentes que percuten sobre el pentagrama para facilitar la entrada pletórica de la guitarra. Jugando con los tiempos, las cantantes completan este excelente tema de punk pop dando vida a una convincente melodía cuyo papel preponderante tienen muy claro y aprehendido. Sin duda, un tema ideal para expresar el rechazo a esos días interminables en los que nada cambia, y que precede a “I broke the ice”, canción de rupturas y cambios, donde no bajan la guardia y siguen demostrándonos que son muy capaces de materializar un trabajo sonoro muy conjuntado y engrasado con el que se crecen a la búsqueda de finales apoteósicos. Le sigue otro poderoso tema llamado “Bald” en el que nos cuentan cómo un chico que era todo amor, descubre que se está quedando calvo pero se resiste a la evidencia de que el pelo no volverá. Un tema en el que se evidencia lo irrelevantes que pueden resultar las obsesiones de algunos.  

Violets. Fotos de su Facebook. 
Los dos últimos temas del disco son de los más reivindicativos del disco y en ellos encontramos condensadas con enorme destreza la calidad de sus referencias con la vitalidad de sus aportaciones creativas. En “8oclock”, hora fatídica para empezar otra jornada más de improductividad personal y obediencia social, hasta que la protagonista, harta de la rutina, exclama que no quiere seguir siendo una esclava. Y para cerrar el disco, la contundente y fascinante “Deaf ears” donde expresan su rabia comprensible mediante la negación de la realidad cotidiana, al margen de la masificación y del orden preestablecido: “No nos gustan los colores de la bandera, no queremos hablar un solo idioma y no queremos orar a dios”.     

Reflexión final

Violets. Fotos de su Facebook. 
Violets aportan canciones redondas en las que el punk impregna, con excelentes resultados, esa mezcla cautivadora de los valores melódicos de un pop reivindicativo, para nada contemplativo, con la rítmica visceral de un aplastante y convincente rock and roll. Los temas despiertan el entusiasmo, materializan por un instante los sueños de libertad y nos invitan a mover los pies en todo su esplendor lúcido y lúdico. Estoy convencido de que su música no solo va a recordarte a tu grupo favorito de punk rock, sino que hallarás también en este proyecto bastantes maneras propias con las que consiguen comunicarse sin repetir esquemas sino amoldándolos a su propio e enriquecedor criterio. Que sean dos chicas quienes canten y toquen las guitarras acompañadas  de un chico que toca la batería debería ser solo un síntoma de normalidad para confirmarnos que los roles de género son una estupidez creada por el androcentrismo que no pierde oportunidad de sacar tajada hasta de nuestras diferencias biológicas.     

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